Conversamos con la psicóloga Ana Camacho, quien nos brindó una perspectiva esclarecedora sobre la importancia de los cuidados psicológicos en relación con el trastorno del sueño.
El sueño, más que un mero descanso físico, juega un papel fundamental en nuestra salud mental. Durante las horas de reposo, nuestro cerebro se dedica a procesar información, consolidar recuerdos y prepararse para el día siguiente. Interrumpir este proceso puede tener consecuencias graves, desde ansiedad y depresión hasta problemas de rendimiento cognitivo, dijo la psicóloga.
Durante las horas de reposo, nuestro cerebro se dedica a procesar información, consolidar recuerdos y prepararse para el día siguiente. Interrumpir este proceso puede tener consecuencias graves, desde ansiedad y depresión hasta problemas de rendimiento cognitivo, explicó.
Los trastornos del sueño afectan a millones en todo el mundo, con un impacto significativo en la salud mental. Por ello, es crucial priorizar la higiene del sueño. Exploraremos cómo los hábitos de sueño influyen en nuestra salud mental y por qué es vital prestarles atención:
1.Estado de Ánimo y Concentración: La falta de sueño puede afectar nuestro estado de ánimo y concentración, aumentando la susceptibilidad a cambios emocionales y dificultando la atención en tareas cotidianas.
2 Reducción del Estrés: Un sueño adecuado contribuye a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que resulta en una disminución de la ansiedad y el estrés.
3. Memoria y Creatividad: Durante el sueño, el cerebro forma nuevas conexiones neuronales que mejoran la capacidad de aprendizaje y resolución de problemas, así como la creatividad.
4. Riesgo de Trastornos Mentales: La falta de sueño aumenta el riesgo de trastornos mentales como la depresión y la ansiedad.
5. Resiliencia y Calidad de Vida: Un sueño adecuado aumenta nuestra resiliencia ante el estrés y mejora nuestra calidad de vida en general.
Además de los tratamientos médicos, Ana asegura que las intervenciones psicológicas desempeñan un papel crucial en el manejo de estos trastornos. Algunas estrategias efectivas incluyen la terapia cognitivo-conductual para el insomnio y el abordaje de la desregulación emocional.
Finalmente, señaló que es esencial adoptar hábitos de vida saludables que favorezcan el sueño, como mantener una rutina regular de sueño, evitar estímulos activadores antes de dormir y crear un ambiente propicio para el descanso en el dormitorio.