Europa enfrenta un incremento en los casos de enfermedades respiratorias este invierno, con la gripe a la cabeza y una alta incidencia de bronquiolitis en niños menores de cinco años. Los expertos advierten sobre el impacto del frío en la propagación de virus y destacan la vacunación como herramienta clave para prevenir complicaciones.
El invierno de 2025 ha traído consigo un notable aumento en las infecciones respiratorias en Europa, especialmente entre la población pediátrica. La gripe lidera esta ola de enfermedades, con una tasa de positividad en atención primaria del 31,4% y una incidencia hospitalaria del 20,6%. En el caso de los niños menores de cinco años, la bronquiolitis causada por el virus respiratorio sincitial (VRS) se ha convertido en una de las principales preocupaciones, con una tasa de 664 casos por cada 100.000 habitantes, seguida por la gripe y la COVID-19.
Si bien el frío no es la causa directa de estas enfermedades, los especialistas explican que contribuye a su propagación. "Las bajas temperaturas pueden debilitar el sistema inmunológico y favorecen el contacto cercano en espacios cerrados, lo que aumenta el riesgo de contagio", advierten los expertos. Además, se ha demostrado que los virus respiratorios se replican de manera más eficiente en ambientes fríos.
Ante este panorama, la vacunación sigue siendo la principal estrategia de prevención, especialmente en grupos vulnerables. No obstante, en algunas regiones, las tasas de vacunación siguen siendo insuficientes. En la provincia de Alicante, España, solo el 55% de las personas mayores de 65 años se han vacunado contra la gripe, lo que incrementa la presión sobre los hospitales y centros de salud.
Además de la gripe y el VRS, otros virus como el norovirus y el metapneumovirus humano también están circulando, aunque sin representar un riesgo mayor que en temporadas anteriores. El norovirus, altamente contagioso, es una de las principales causas de gastroenteritis, mientras que el metapneumovirus puede generar infecciones respiratorias en niños y adultos mayores.
Para reducir el impacto de estas enfermedades, las autoridades sanitarias recomiendan una serie de medidas preventivas:
- Vacunarse contra la gripe y otras infecciones respiratorias.
- Mantener una adecuada higiene de manos para evitar la transmisión de virus.
- Usar mascarillas en espacios concurridos o si se presentan síntomas.
- Ventilar los espacios cerrados con frecuencia.
- Evitar el contacto cercano con personas enfermas.
El aumento de enfermedades respiratorias en esta temporada invernal resalta la importancia de la prevención y el acceso a la vacunación para reducir el impacto en la salud pública y el sistema sanitario. La educación y concienciación de la población son clave para mitigar la propagación de estos virus y proteger a los más vulnerables.