En un vuelco sorprendente que desafía las tendencias conservadoras previas, Bernardo Arévalo, el candidato progresista y voz del cambio en Guatemala, se alza como el vencedor en las elecciones presidenciales.
Ciertamente, en una victoria que refleja la voz de un pueblo harto de la corrupción y el deterioro institucional, Arévalo obtuvo un resonante 58% de los votos en la votación final. El aspirante progresista ha resonado en la nación centroamericana con su enfoque "anticorrupción" y su promesa de romper con la clase política tradicional. Su campaña, basada en la creación de instituciones confiables y en ganar la confianza del pueblo, encontró eco en una población que anhela un cambio genuino.
El domingo, miles de guatemaltecos llenaron las calles en celebración, demostrando su apoyo a esta nueva era política. Las denuncias de corrupción en el Estado y la necesidad de un cambio han encontrado un líder en Arévalo, que en su primera comparecencia como presidente electo, proclamó su mandato como "el gobierno de la nueva primavera".
Por otro lado, la oponente de Arévalo, Sandra Torres, representando a la UNE, a pesar de su persistencia se encontró nuevamente en el umbral de la presidencia al obtener el 37% de los votos en su tercer intento consecutivo. La victoria de Arévalo marca un cambio de rumbo significativo en una nación que ha anhelado un camino diferente al conservadurismo.
En cuanto al actual presidente, Alejandro Giammattei, extendió sus felicitaciones a Arévalo y señaló su disposición a una transición ordenada. La victoria de Arévalo, alcanzada tras semanas de incertidumbre, allana el camino para su asunción de la presidencia el 14 de enero de 2024. Con información de El Nacional de Venezuela.