Daniel Noboa fue reelegido como presidente de Ecuador este domingo 13 de abril de 2025 tras obtener el 56,13 % de los votos en la segunda vuelta electoral, superando a Luisa González, quien alcanzó el 43,87 %. El Consejo Nacional Electoral confirmó la victoria al contabilizar más del 94 % de las actas.
La reciente elección presidencial ecuatoriana fue considerada un referéndum sobre la gestión de Noboa, enfocada principalmente en la seguridad ciudadana y la lucha contra el narcotráfico. Desde su primer mandato parcial iniciado en 2023 tras disolver anticipadamente el Congreso, Noboa había declarado un "conflicto armado interno" contra las bandas criminales, aumentando la presencia militar en las calles y endureciendo las penas para delitos vinculados al crimen organizado.
Aunque inicialmente esta estrategia logró reducir la tasa de homicidios, el año 2025 ha presentado un preocupante repunte de la violencia, con más de 1.500 asesinatos registrados solo en los dos primeros meses. Mientras algunos críticos afirman que la política de mano dura no ofrece soluciones sostenibles, sus partidarios sostienen que Noboa necesita más tiempo para consolidar su estrategia.
Por su parte, Luisa González, candidata del Movimiento Revolución Ciudadana y cercana al expresidente Rafael Correa, ha rechazado públicamente los resultados alegando un "grotesco fraude electoral" y demandando un recuento de votos, aunque no ha presentado evidencia concluyente que respalde sus acusaciones. Por otro lado, las misiones internacionales de observación electoral, incluida la Unión Europea, han reportado normalidad durante la jornada electoral y han instado a respetar los resultados oficiales.
Con esta victoria, Noboa se convierte en el segundo mandatario ecuatoriano reelegido desde la vuelta a la democracia, asumiendo un mandato que se extenderá hasta 2029. Su gestión enfrentará importantes retos, como implementar reformas constitucionales mediante una Asamblea Constituyente para modificar la Constitución de 2008, reforzar la seguridad ciudadana y lograr estabilidad económica en un contexto nacional complicado.
La participación ciudadana durante esta segunda vuelta fue destacable, alcanzando un 83,76 %, lo que evidencia la gran preocupación e interés de la población ecuatoriana por la dirección política y social del país.