Argentina sorprendió al mundo al retirar su delegación de la COP29 en Bakú, un movimiento que evidencia el cambio en su postura frente a las negociaciones climáticas globales. Esta medida, impulsada por el presidente Javier Milei, refuerza su escepticismo sobre el cambio climático y prioriza un ajuste fiscal drástico.
En un giro sin precedentes en la diplomacia ambiental de Argentina, el presidente Javier Milei ordenó la retirada de la delegación técnica del país de la Conferencia de las Partes (COP29), celebrada en Bakú, Azerbaiyán. La medida fue tomada pocos días después de la designación de Gerardo Werthein como nuevo canciller, en reemplazo de Diana Mondino, quien fue destituida tras un voto contrario a la línea oficial en la ONU.
La decisión ha desatado un intenso debate a nivel nacional e internacional. Según el gobierno, la medida responde a una revaluación de la política climática argentina en línea con las prioridades del nuevo gabinete, que incluyen un fuerte ajuste fiscal y una reevaluación de los compromisos internacionales asumidos por administraciones anteriores. Sin embargo, críticos señalan que esta postura deja al país fuera de discusiones cruciales sobre financiamiento climático, un área clave para economías en desarrollo como la argentina, especialmente considerando los efectos de eventos climáticos extremos recientes.
Argentina, históricamente una voz relevante en las negociaciones climáticas, tenía como objetivo participar en la COP29 para contribuir a definir la Nueva Meta Colectiva y Cuantificable de Financiamiento Climático, que busca aumentar los recursos destinados a la mitigación y adaptación en países en desarrollo. Expertos y activistas advierten que la ausencia del país en estas negociaciones pone en riesgo no solo su liderazgo regional, sino también su acceso a fondos internacionales indispensables para enfrentar desafíos climáticos.
El propio Milei ha sido crítico con lo que considera una "agenda ideológica" en la política climática global, posicionándose junto a líderes como Donald Trump. Además, su administración ha reducido el Ministerio de Ambiente a una secretaría y eliminado un fondo para la protección de bosques nativos. Estas decisiones reflejan un alineamiento con sectores que priorizan el desarrollo económico sobre las políticas ambientales.
La retirada de Argentina de la COP29 marca un claro contraste con su compromiso histórico con el Acuerdo de París. Aunque no se ha anunciado una salida formal de este tratado, analistas consideran que este movimiento podría complicar el cumplimiento de las metas establecidas y aislar aún más al país en el ámbito internacional.