La Amazonía brasileña enfrenta su peor sequía en más de 70 años, con graves incendios forestales

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La Amazonía brasileña, el mayor bosque tropical del mundo, sufre una de las sequías más extremas de las últimas décadas, con una situación que amenaza con empeorar en los próximos meses.

Este domingo, se registraron 3,640 focos de incendios activos en todo Brasil, de los cuales la mitad están localizados en la Amazonía, según el Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE). Medios internacionales han destacado la magnitud de esta catástrofe ambiental y sus repercusiones sobre el equilibrio ecológico de la región.

En el estado de Amazonas, el más afectado por la crisis, se han registrado 237 incendios forestales, lo que ha llevado al gobierno a declarar el estado de emergencia en sus 62 municipios. Wilson Lima, gobernador de Amazonas, advirtió que “los ríos van a bajar como nunca antes lo habían hecho”, reflejando la gravedad de la situación. Las comunidades rurales, en su mayoría indígenas, enfrentan grandes dificultades debido a la interrupción del acceso a los ríos, que son esenciales para su subsistencia y transporte.

En Manaquiri, cerca de Manaos, los efectos de la sequía son evidentes. Los lechos de los ríos se han secado, dejando peces atrapados en charcos y a cientos de familias aisladas. Lo que antes era un río navegable ahora es un árido banco de arena, una imagen devastadora que muestra el impacto de la crisis en las comunidades más remotas.

El río Negro, uno de los principales afluentes del Amazonas, ha visto su nivel caer en cuatro metros en comparación con el año pasado, afectando a más de 80,000 familias en todo el estado, según la Defensa Civil. Además de la escasez de agua, la interrupción del transporte fluvial y la pérdida de biodiversidad son problemas graves que enfrentan las poblaciones locales. Los especialistas ya habían anticipado una sequía severa, pero la realidad ha superado las proyecciones.

Medios internacionales han resaltado la preocupación global ante esta tragedia ambiental, subrayando la importancia de la Amazonía para la estabilidad climática mundial. Organizaciones ambientalistas están exigiendo medidas más efectivas para mitigar la crisis, ya que los próximos meses podrían ser aún más duros si no se toman acciones urgentes para controlar los incendios y proteger a las comunidades afectadas.

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