El presidente de Bolivia, Luis Arce, ha realizado un anuncio de gran relevancia para la economía de su país y sus relaciones con naciones vecinas. Así lo han informado medios internacionales.
En una declaración que ha conmocionado a la opinión pública, el presidente Arce admitió que las reservas de gas natural de Bolivia se han agotado, lo que implica la interrupción de las exportaciones de gas a Argentina y Brasil, un golpe significativo para la economía boliviana.
“Estamos en el fondo”, declaró el presidente Arce en la ciudad de Oruro, donde se hizo evidente que las gobernaciones y alcaldías dependían en gran medida de los ingresos generados por las exportaciones de gas para financiar salarios y cubrir deudas.
El presidente Arce, quien ha estado involucrado en la gestión económica de Bolivia desde su papel como ministro en el gobierno de Evo Morales desde 2006, ha dado un paso inusual al reconocer públicamente el agotamiento de las reservas de gas. Durante el mandato de Morales, se sobreexplotaron las reservas acumuladas por administraciones previas, que atrajeron inversiones y llevaron al país a exportar grandes volúmenes de gas tanto a Argentina como a Brasil, generando ingresos significativos que, según los críticos del gobierno, fueron mal utilizados.
El analista político Antonio Saravia ha sostenido que estos ingresos se destinaron a proyectos costosos y no rentables que ahora están paralizados y no aportan beneficios al país. Además, expertos en la industria energética como Álvaro Ríos estiman que para el año 2029, Bolivia podría tener que importar gas para satisfacer su consumo interno, dado el agotamiento total de las reservas.
Esta perspectiva plantea preocupaciones financieras adicionales, ya que se estima que Bolivia tendría que gastar aproximadamente 5.700 millones de dólares al año en importar gas, una suma significativa que agravaría la situación económica del país.
