Lauriannys Valentina Cedeño Farías, una adolescente de 17 años, enfrenta daños cerebrales tras sufrir un colapso nervioso durante su detención el pasado 14 de agosto en Carúpano, estado Sucre.
La joven fue arrestada por enviar un mensaje de WhatsApp que criticaba los resultados electorales del 28 de julio, anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Este hecho ha encendido las alarmas sobre el uso de la represión para silenciar voces disidentes, especialmente entre los más jóvenes.
De acuerdo con información divulgada por medios internacionales, la detención de Cedeño Farías ocurrió luego de que un miembro de la Unidad de Batalla Bolívar Chávez (UBCh) en su comunidad la denunciara ante las autoridades. Los funcionarios, actuando de inmediato, ingresaron a la vivienda de la adolescente y la arrestaron. Durante el proceso de detención, Lauriannys sufrió un colapso nervioso que dejó secuelas en su salud, revelando las graves consecuencias del clima de tensión y represión en el país.
Organizaciones de derechos humanos, como Justicia, Encuentro y Perdón (JEP), han manifestado su profunda preocupación por el caso. Según la directora de la ONG, Rosa Orozco, la joven fue procesada por instigación al odio sin contar con una defensa legal adecuada, lo que constituye una violación al debido proceso. Orozco subrayó la necesidad urgente de detener el maltrato y abuso de poder contra jóvenes como Cedeño Farías, y exhortó a las autoridades a iniciar un diálogo que garantice el respeto a los derechos humanos.
Este incidente se suma a una serie de detenciones que han afectado a más de 100 adolescentes en el contexto de las protestas postelectorales del 28 de julio. El Foro Penal ha documentado estos casos, señalando que muchos de los jóvenes detenidos han sido llevados ante tribunales de terrorismo. La situación de Lauriannys Cedeño Farías es un recordatorio doloroso de los desafíos que enfrenta la juventud en Venezuela, donde expresar una opinión puede llevar a consecuencias devastadoras.