En una entrevista telefónica exclusiva con Noticias Latinas, Raúl Pereira y Ángel Díaz, residentes de Venezuela, compartieron con entusiasmo los detalles sobre cómo se preparan para celebrar la festividad de San Juan en la costa de Aragua.
La celebración de San Juan en la bahía de Cata, comienza con la recolección de dinero de los establecimientos ubicados en la playa. Raúl explicó: “Uno se detiene un ratico, toca tambor nada más y seguimos, porque el encuentro es de los San Juanes de las costas de Aragua, se hace en la boca de Ocumare. Entonces, van todos los pueblos, Cata, Cuyagua, Choroni, Choao, nos vamos por mar y hacemos un encuentro de San Juan en la boca de Ocumare”.
Destacó que ha medida que llega la noche, todos los San Juanes de los diferentes pueblos se reúnen en un altar para recibir su bienvenida. Luego, cada pueblo regresa a su lugar de origen. Raúl destacó: “Nosotros nos venimos a las 5 de la tarde, antes de que el mar se ponga más peligroso y fuerte”.
Una vez en el pueblo, comienza el “sangueo”, un toque ceremonial que celebra la fiesta de San Juan. Este ritual, incluye el baile con banderas hasta que San Juan llega a la puerta de la iglesia y regresa a la casa de San Juan, donde el tambor suena toda la noche.
Por su parte, Ángel conocido como el capitán de San Juan Bautista de Cata, ha sido un devoto celebrante de la festividad de San Juan desde su infancia. Manifestó su pasión y compromiso con esta tradición arraigada en su comunidad.
Desde temprana edad, ha estado inmerso en la celebración de San Juan. Con entusiasmo, compartió: “Yo, que soy capitán, he estado celebrando la festividad de San Juan desde niño, desde mi infancia. Todo el tiempo he estado dedicado a esta festividad tan especial”.
Origen
La festividad de San Juan en Venezuela, es una celebración arraigada en tradiciones ancestrales y combina elementos religiosos y paganos. Destaca por su colorido, fervor y su profunda conexión con la historia y la cultura de la región.
Durante esta noche mágica, los altares decorados con imágenes del santo se convierten en el epicentro de la celebración. Los repiques de tambores y el consumo de bebidas espirituosas dan inicio a los festejos, creando una atmósfera llena de energía y devoción. La mañana del 24 de junio, el santo es retirado del lugar donde ha sido resguardado durante todo un año y llevado en procesión por todo el pueblo o comunidad. El designado como guardián del santo, generalmente el dueño del lugar, lo porta sobre la cabeza o en los hombros, en un acto de devoción y respeto.
El recorrido culmina en la iglesia local, donde se celebra una emotiva misa y se realiza un fabuloso repique de tambores que resuena en los corazones de los fieles. Sin embargo, es durante la noche cuando los rituales toman protagonismo. Cortarse el cabello para fortalecer su crecimiento, colocar un huevo en un vaso de agua para obtener conocimiento sobre el futuro y atribuir propiedades beneficiosas al agua junto a cualidades milagrosas a las plantas son solo algunos de los actos realizados con gran fe y devoción.