El Gobierno colombiano y bandas criminales de Medellín instalan mesa de diálogos de paz para desmovilización masiva.
En un acontecimiento histórico, el Gobierno colombiano y los cabecillas de grupos armados ilegales que operan en Medellín y en el Valle de Aburrá han instalado una mesa de diálogo en la cárcel La Paz de Itagüí. Esta iniciativa, enmarcada en la política de paz total, tiene como objetivo principal la desmovilización de más de 12.000 personas y poner fin a la guerra que afecta a las comunas, así lo reseña Primicias24.
La ceremonia de instalación de la mesa de diálogo tuvo lugar en una zona del centro carcelario especialmente acondicionada para este acto. Daniel Millares, coordinador de Justicia de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia (MAPP) de la Organización de Estados Americanos (OEA), fue el encargado de dar inicio a este "proceso de paz urbana" mediante la lectura de una declaración conjunta suscrita por representantes del Gobierno y las estructuras armadas organizadas.
Danilo Rueda, alto comisionado para la Paz de Colombia, señaló que esta nueva fase establece un "espacio dialógico sociojurídico" que busca avanzar hacia una paz integral en una región fuertemente golpeada por el conflicto urbano.
"Hoy presenciamos un momento significativo para los millones de habitantes de Medellín y el Valle de Aburrá", declaró Rueda, añadiendo que las bandas criminales "son conscientes y reconocen el desafío conjunto que enfrentan sus delegados-voceros y nosotros para poder construir esa paz integral que anhelan los barrios y las comunas".
La instalación de esta mesa de diálogo representa un paso importante hacia la reconciliación y el cese de la violencia en una de las zonas más afectadas por el conflicto armado en Colombia. Se espera que este proceso de desmovilización masiva y construcción de paz tenga un impacto positivo en la seguridad y calidad de vida de los habitantes de Medellín y el Valle de Aburrá.
El Gobierno colombiano y las bandas criminales se comprometen a trabajar juntos en la búsqueda de soluciones pacíficas y sostenibles, con el objetivo final de lograr una paz duradera y establecer las bases para un futuro próspero en estas comunidades afectadas por la violencia. El diálogo y la participación activa de todas las partes involucradas serán fundamentales para alcanzar estos objetivos y generar un cambio significativo en la región.
El proceso de paz urbana en Medellín y el Valle de Aburrá es un claro ejemplo del compromiso del Gobierno colombiano y las partes involucradas para encontrar alternativas al conflicto armado y construir una sociedad más segura y pacífica. La comunidad internacional observa con atención este desarrollo y espera que este diálogo sea el comienzo de una transformación positiva en la región.