La Comunidad de Madrid ha iniciado la producción de nueve variedades de garbanzo, incluyendo el raro "garbanzo negro", reconocido por su buen rendimiento y propiedades nutricionales. Además, se están recuperando otras leguminosas autóctonas como la almorta, la alholva y la algarroba, con el objetivo de promover cultivos sostenibles y mejorar la calidad del suelo.
La Comunidad de Madrid ha comenzado a producir nueve variedades de garbanzo, entre ellas el "garbanzo negro", una legumbre destacada por su buen rendimiento, calibre óptimo y adecuada conservación de sus propiedades. Las variedades cultivadas son Amelia, Amparo, Elvira, Alcazaba, Eulalia, Inmaculada, Pilar, Lola y Carmen, además de una décima variedad que está en proceso de registro.
El Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) ha liderado la recuperación de estas variedades, así como de otras leguminosas autóctonas que habían desaparecido de los campos madrileños hace más de 50 años, como la almorta, la alholva y la algarroba. Estos cultivos no solo poseen grandes propiedades nutricionales, sino que también contribuyen al medio ambiente al fijar el nitrógeno en la atmósfera y mejorar la estructura de los suelos.
Además, los investigadores del Centro de Innovación Gastronómica (CIG) han desarrollado más de 90 propuestas de nuevos alimentos y recetas de vanguardia para impulsar el consumo de estas legumbres. Entre las innovaciones se incluyen snacks saludables, salsas, untables, alternativas lácteas, artículos de panadería, pastas, encurtidos y fermentados.
Estas iniciativas buscan no solo recuperar variedades autóctonas y promover su consumo, sino también ofrecer alternativas de cultivo sostenible a los agricultores, adelantándose a las consecuencias de los ciclos de sequía y fomentando la biodiversidad agrícola.
La recuperación y promoción de estas legumbres autóctonas representan un paso significativo hacia la sostenibilidad agrícola y la preservación de la biodiversidad en la Comunidad de Madrid.
