Esta semana, más de una docena de organizaciones comunitarias instaron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) abogar por un «enfoque antirracista» hacia los migrantes en el continente y exhortar a los países a implementar políticas que impidan la discriminación de la personas en movilidad.
De hecho, en la audiencia, solicitada por el Promise Institute for Human Rights, de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA), los miembros de la CIDH escucharon considerables declaraciones de migrantes que fueron lastimadas con abusos por su color de su piel, el idioma que hablan o por ser parte de una comunidad indígena.
Además, las duras historias sobre las injusticias englobaron casos ocurridos en Brasil, la región fronteriza del Tapón del Darién entre Colombia y Panamá, y la frontera norte de México y EE UU, entre otros.
De hecho, los activistas sostuvieron que en la mayoría de países del continente existe un racismo «sistemático» dirigido a los migrantes de color e indígenas.
«Debido al racismo institucional que enfrentan las personas negras en México y la falta de intérpretes, las personas negras enfrentan una negación sistemática a sus derechos básicos», refirió en su intervención Jessie Valcin, de la organización Espacio Migrante en Tijuana.
Po su parte, la activista subrayó que este inconveniente ha suscitado la muerte de varios migrantes en los últimos años. También describió varios casos en las que se le impidió el servicio asistencial a haitianas en gestación en hospitales públicos de Tijuana, y las conductas racistas de los profesionales de la salud hacia estas mujeres.
(Con información de El Nacional Venezuela ).