Al no permitir que técnicos estadounidenses efectúen revisiones en el territorio ruso, EE.UU acusó a Rusia de estar incumpliendo el Nuevo START, el último tratado nuclear entre las dos potencias.
El Gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, hizo esa incriminación contra Rusia en un informe que el Departamento de Estado remitió al Congreso para comunicarle de la situación del Nuevo START, que fue firmado en 2010 y prorrogado en 2021 durante cinco años más.
Anteriormente, EE.UU. había tratado de negociar sin acierto con Rusia, para que se restablecieran las inspecciones de armamento nuclear sobre el terreno, las cuales llevan interrumpidas desde 2020, en primer lugar a causa de la pandemia y luego por las limitaciones a los viajes entre los dos países tras la invasión rusa de Ucrania.
Más tarde, el Gobierno de Biden decidió acusar formalmente a Rusia de incumplir el tratado, al no haber obtenido avances al respecto.
Conforme al Departamento de Estado, la negativa rusa a las inspecciones “amenaza” la competencia de EE.UU. para desempeñar algunos de los derechos de control de armamentos que recoge el Nuevo START y, primordialmente, “amenaza la viabilidad del sistema de control de armamento entre Estados Unidos y Rusia”.
Además de las fiscalizaciones, Estados Unidos afirma que Rusia no ha cumplido con otro de los compromisos que recoge el Nuevo START: la celebración de una comisión bilateral sobre el tratado.
Por su parte, Rusia ha argumentado que no se dan las condiciones para la conmemoración de reuniones de esa comisión bilateral y condena de ello a la retórica y a las acciones de EE.UU. el mayor suministrador de armamento a Ucrania, al que de igual modo imputa de provocarlo constantemente.