Meta anunció el despido de 2.000 trabajadores en Barcelona, España, vinculados a la moderación de contenidos, mientras revela planes para construir un centro de datos de casi mil millones de dólares en Wisconsin, EE.UU., enfocado en inteligencia artificial.
Esta decisión se enmarca dentro de una reestructuración global tras críticas recibidas por la gestión de desinformación, especialmente durante las elecciones europeas de 2024.
Meta justificó la medida como una "optimización de recursos" destinada a reforzar sus prioridades estratégicas, destacando los avances en inteligencia artificial que permiten automatizar parte de las tareas de moderación. Sin embargo, fuentes internas revelaron que la decisión responde también a la presión recibida por no contener adecuadamente las campañas de desinformación en Europa, particularmente las narrativas prorrusas que proliferaron sin control.
La noticia generó protestas inmediatas en Barcelona, donde los afectados exigieron indemnizaciones y oportunidades de recolocación laboral. Sindicatos como CCOO anunciaron posibles acciones legales, argumentando violaciones de la legislación laboral española por la falta de negociación directa con los trabajadores. El gobierno catalán calificó esta decisión como un duro golpe a la economía local, instando a Meta a reconsiderar debido al impacto económico negativo.
Paralelamente, Meta reveló el 5 de abril sus planes para construir un centro de datos de aproximadamente mil millones de dólares en Mount Pleasant, Wisconsin. Según informó Bloomberg, la construcción de esta instalación comenzará en verano de 2025, ocupando alrededor de 250.000 metros cuadrados y destinada a soportar modelos avanzados de inteligencia artificial aplicados a realidad aumentada, el metaverso y algoritmos de recomendación. Este proyecto generará unos 1.200 empleos temporales durante su construcción y 300 puestos permanentes una vez en operación, beneficiando significativamente la economía local.
Este movimiento estratégico refleja la dualidad en la gestión de Meta: reducir costos operativos mientras fortalece su capacidad tecnológica en respuesta a crecientes desafíos económicos y regulatorios. El contraste entre los despidos en Europa y la inversión en Estados Unidos evidencia un reajuste en sus prioridades, buscando posicionarse como líder en infraestructura tecnológica mientras enfrenta presiones internas y externas por su gestión ética y financiera.