En un paso significativo hacia el fortalecimiento de las relaciones laborales en España, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, celebró el reciente convenio alcanzado con la Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CCOO), destacando que este acuerdo contribuye a hacer de España un país mejor, según informan medios locales.
Sin embargo, la satisfacción de la ministra se vio empañada por la decisión de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) de no formar parte de este pacto. El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, argumentó que su entidad había propuesto un incremento salarial del 3,5%, mientras que el Gobierno planteaba un 4%, y los sindicatos insistían en un 5%, cifra que finalmente se impuso.
Garamendi expresó su descontento ante lo que considera un nivel salarial excesivo, señalando el contrasentido de que, mientras el Ministerio del Trabajo impulsa la reducción de la jornada laboral, se promueva simultáneamente un aumento salarial. En declaraciones a TVE, el presidente de la CEOE resaltó que fueron a las negociaciones con un espíritu constructivo y se encontraron con una imposición.
Por su parte, Pepe Alvarez, líder de la UGT, lamentó la decisión de la CEOE de apartarse del acuerdo y enfatizó la importancia de buscar un acercamiento constructivo entre trabajadores y la patronal para lograr armonía en las relaciones laborales.
La vicepresidenta Díaz, alabando el alza del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 54 euros mensuales, hasta los mil 134 euros brutos al mes en 14 pagas, consideró este incremento como una medida que mejora las condiciones de vida de los trabajadores en un país con salarios moderados y un diferencial negativo con respecto a Europa.
Al abordar la negativa de la CEOE, la ministra defendió la importancia del SMI como herramienta clave en la lucha contra la desigualdad y cuestionó las prioridades de la patronal, sugiriendo que estas van más allá de la cuestión salarial.
