Esta semana, el G7 instó a China a presionar por la paz en Ucrania y defendió la estabilidad en Asia-Pacífico.
Ciertamente, los Ministros de Exteriores de Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y el Reino Unido, en ocasión de la Semana de Alto Nivel de la Asamblea General de Naciones Unidas, emitieron una declaración conjunta en la que expresaron su profunda preocupación por la situación en Ucrania y el Mar Negro, así como su compromiso con la estabilidad en la región de Asia-Pacífico.
En relación con la crisis en Ucrania, los miembros del G7 instaron a China a ejercer su influencia para poner fin a la agresión militar de Rusia en Ucrania y retirar de manera inmediata e incondicional sus tropas de dicho territorio. Condenaron enérgicamente los ataques contra la población civil y expresaron su apoyo a la creación de un tribunal internacional que juzgue los crímenes de guerra rusos en Ucrania.
También señalaron la decisión de Moscú de retirarse del acuerdo de exportación de grano en el Mar Negro, como un factor agravante de la crisis alimentaria global, lo que consideraron inaceptable.
En cuanto a las relaciones con China, el G7 subrayó la importancia de mantener relaciones constructivas y dialogar con el gigante asiático sobre preocupaciones comunes como la crisis climática, la estabilidad económica y la financiación de la deuda. Sin embargo, expresaron su firme oposición a las reclamaciones de Pekín en el Mar de la China Meridional, destacando que carecen de base legal. Además, reafirmaron su apoyo al principio de "una sola China" y, al mismo tiempo, respaldaron el derecho de Taiwán a participar en foros internacionales.