En una de las ofensivas más intensas de las últimas semanas, Rusia ha lanzado ataques masivos contra infraestructuras críticas en Ucrania, dejando a millones sin electricidad y causando al menos seis muertos y decenas de heridos. La comunidad internacional condena los ataques mientras Ucrania clama por más apoyo militar y humanitario.
En las últimas 24 horas, Ucrania ha sido objeto de una ola de bombardeos masivos por parte de Rusia, dirigidos principalmente contra infraestructuras energéticas y civiles en varias ciudades, incluidas Kiev, Járkov y Dnipró. Según autoridades ucranianas, los ataques han dejado al menos seis muertos, incluidos niños, y más de 90 heridos, además de generar apagones que afectan a cientos de miles de personas. En Kiev, cerca de 260,000 habitantes están sin suministro eléctrico, mientras que en Járkov los bombardeos han alcanzado edificios residenciales y redes de energía, dejando a 20,000 personas sin electricidad.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, denunció estos ataques como una "estrategia de terror" por parte de Rusia, diseñada para desestabilizar al país y minar la moral de su población. En respuesta, Zelenski pidió a los aliados internacionales incrementar el suministro de armas y ayuda humanitaria para enfrentar el invierno, especialmente ante los crecientes ataques contra objetivos estratégicos.
Mientras tanto, Rusia ha defendido sus acciones alegando que están dirigidas contra instalaciones militares y de toma de decisiones. Sin embargo, los organismos internacionales han condenado estas ofensivas por su impacto devastador en la población civil. La ONU y diversas ONGs están trabajando para atender las necesidades humanitarias, pero la magnitud de la crisis sigue superando la capacidad de respuesta.
En un contexto de escalada del conflicto, con Rusia intensificando sus bombardeos aéreos, expertos advierten que el invierno podría agravar aún más la situación. La comunidad internacional enfrenta el desafío de encontrar un balance entre sanciones efectivas contra Rusia y un aumento significativo en el apoyo militar y logístico a Ucrania para resistir esta ofensiva.