En 2022, la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos documentó 92 masacres en Colombia, en las que murieron 321 personas, y también se registraron 116 asesinatos de activistas.
Estos actos de violencia, fueron principalmente perpetrados por grupos armados no estatales y afectaron desproporcionadamente a indígenas y afrodescendientes.
El alto comisionado Volker Türk instó al desmantelamiento de los grupos criminales y a una mayor presencia de las instituciones del Estado en las áreas afectadas.
Türk también destacó la importancia de negociaciones abiertas y significativas con todas las partes involucradas en el conflicto.
A pesar de esto, Türk elogió las medidas tomadas por las autoridades colombianas para responder a las desigualdades estructurales que contribuyen al conflicto, como la reforma rural y los cambios en la política de drogas.
También celebró la investigación en curso sobre posibles violaciones de derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad durante las protestas del paro nacional de 2021, aunque señaló la necesidad de revisar algunos de los cargos presentados contra los detenidos en las protestas, incluyendo algunos por terrorismo.