Esta semana, el Gobierno de Bolivia repudió la publicación de Fitch Ratings que le concedió al país una calificación de riesgo de B-, pasando de estable a negativa, y estimó que la calificadora no apreció la “estabilidad” de la economía boliviana en un contexto de “incertidumbre” global.
De esta manera, Fitch Ratings reseñó en un informe la “rebaja” en la Calificación de Incumplimiento de Emisor (IDR) de B a B-, que “refleja el agotamiento de sus reservas de liquidez externa”, lo que ha generado el aumento de la “incertidumbre a corto plazo y los riesgos macroeconómicos” en Bolivia.
En efecto, la calificadora se refirió a la “continua caída” de las Reservas Internacionales Netas (RIN) que posiciona al país ante el riesgo de un “shock de desconfianza”.
Referente a la inflación, la calificadora apuntó que evidentemente está “entre las más bajas del mundo”, con “fuertes subsidios y controles de precios”, pero implica riesgos que se encuentran en función de la solución a la disponibilidad de divisas.
En relación a todo lo antes expuesto, el Ministerio de Economía expresó que Fitch Ratings asentó su calificación en la “variación” de las RIN y no tomó en cuenta “las fortalezas de la economía boliviana” como la “estabilidad económica” posterior a la pandemia y pese a la “incertidumbre de la economía” global.
(Con información de primicias24).