El Banco Central de Argentina señaló en el comunicado que mientras avanza en el proceso de "digitalización de los pagos", propiciando el uso de medios electrónicos de pago, el nuevo billete "permitirá mejorar el funcionamiento de los cajeros automáticos y al mismo tiempo optimizar el traslado del efectivo".
El Banco Central de Argentina aprobó esta semana la emisión de un nuevo billete, de 2.000 pesos, unos 10,66 dólares al tipo de cambio oficial, que será el de mayor valor en circulación en medio de la galopante inflación y devaluación de la moneda que arrastra el país.
El BCRA informó en un comunicado que el billete, diseñado en colaboración con Casa de Moneda, conmemorará el «desarrollo de la ciencia y de la medicina» en Argentina y tendrá en el anverso a las figuras de la doctora Cecilia Grierson (1859-1934), primera médica argentina, y del también sanitarista Ramón Carrillo (1906-1956), que fue el primer ministro de Salud del país entre 1949 y 1954.
En el reverso se representará al edificio del Instituto Nacional de Microbiología Dr. Carlos G. Malbrán, donde trabajaron científicos como los premios Nobel Bernardo Houssay y César Milstein.
La autoridad monetaria señaló en el comunicado que mientras avanza en el proceso de «digitalización de los pagos», propiciando el uso de medios electrónicos de pago, el nuevo billete «permitirá mejorar el funcionamiento de los cajeros automáticos y al mismo tiempo optimizar el traslado del efectivo».
El billete de 2.000 equivaldrá a 10 dólares al cambio oficial y poco más de 5 dólares a la cotización en el mercado ilegal, al que los ciudadanos suelen acceder por las trabas para hacerlo en el oficial, que el Gobierno de Alberto Fernández mantiene vigentes para preservar la escasez de divisas en el Banco Central.
Constante depreciación.
Desde noviembre de 2017, cuando aún gobernaba Mauricio Macri (2015-2019), el billete de mayor denominación es el de 1.000 pesos, que en ese momento, aún sin ningún tipo de restricciones a la compra de divisa estadounidense, equivalían a poco más de 57 dólares.
Pero actualmente ese billete solo representa 5 dólares al cambio oficial y 2,64 en el paralelo.
Vaivenes cambiarios que se suman al constante aumento de precios, que devalúa los salarios, sujetos a actualizaciones salariales que a menudo no superan la inflación: en 2017, el índice de precios al consumidor fue de 24,8%; en 2018 de 47,6%; en 2019 de 53,8%; en 2020 de 36,1%; en 2021 de 50,9% y en 2022 de 94,8%.
La actual divisa argentina comenzó a circular el 1 de enero de 1992 como «peso convertible», tras la ley que, durante el Gobierno de Carlos Menem (1989-1999) fijó la paridad con el dólar, como parte de las medidas impulsadas para poner fin a la hiperinflación de 1989-1990.
La equivalencia ‘1 peso, 1 dólar’ rigió hasta 2002, cuando la grave crisis del ‘corralito’ que explotó el año anterior obligó a poner fin a esa convertibilidad. Desde entonces, las recurrentes crisis han devaluado sin parar la moneda argentina.
Ya durante el mandato de Macri, la depreciación del peso obligó al Banco Central a incorporar billetes más altos que los de 100 pesos, que durante años fueron los de más alto valor.
El Nacional Venezuela