En una operación que ha sacudido a las fuerzas de seguridad españolas, Óscar Sánchez, inspector jefe de la UDEF en Madrid, fue detenido por su presunta colaboración con redes de narcotráfico y blanqueo de capitales. Durante el registro de su despacho, los agentes encontraron un "plan de blanqueo" destinado a reintroducir 14 millones de euros en el mercado legal mediante la adquisición de criptomonedas.
La investigación reveló que Sánchez utilizaba su posición para facilitar el tráfico de cocaína desde Sudamérica, proporcionando información confidencial a los narcotraficantes y garantizando la impunidad de los cargamentos. A cambio, recibía una parte significativa de los beneficios ilícitos.
En los registros realizados, se incautaron aproximadamente 20 millones de euros en efectivo, ocultos en su domicilio y lugar de trabajo. Además, se descubrió una libreta con anotaciones detalladas sobre un entramado empresarial internacional utilizado para blanquear fondos, así como contratos y comunicaciones que evidencian su implicación en estas actividades ilícitas.
La magnitud de la corrupción ha llevado a la detención de otras seis personas vinculadas a la trama, elevando a 22 el número total de arrestados en esta operación. Entre los detenidos se encuentran colaboradores cercanos y miembros de la red de narcotráfico que operaba bajo la protección de Sánchez.