Las Fallas de València, declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, llegan este año con una mezcla única de tradición, sátira y arte.
Desde el 1 al 19 de marzo, la ciudad se transformó en un escenario de coloridas y efímeras obras de arte que arden en la noche del 19, marcando el final de esta celebración única en el mundo.
El origen de las Fallas se remonta a antiguas costumbres de carpinteros, quienes quemaban piezas de madera para celebrar la llegada de la primavera. Lo que comenzó como una práctica simple evolucionó con el tiempo, incorporando elementos de crítica social e irónica en las figuras llamadas “ninots”.
Cuerpo Municipal de Bomberos
Sin embargo, detrás de la alegría y la creatividad, hay un arduo trabajo de seguridad. El Cuerpo Municipal de Bomberos ha desplegado un dispositivo especial para garantizar la seguridad durante la cremà, el momento culminante de las Fallas donde los monumentos son quemados.
Con 460 agentes y un centenar de vehículos, los bomberos vigilan de cerca la combustión de los monumentos, especialmente aquellos ubicados en zonas consideradas de riesgo. Tras el trágico incendio del edificio de Campanar, se ha prestado especial atención a los monumentos cercanos a edificios vulnerables, priorizando la seguridad y tranquilidad de los ciudadanos.