Arqueólogos han desenterrado en Pompeya uno de los mayores complejos termales privados jamás encontrados, anexo a una sala de banquetes y decorado con frescos que representan escenas de la guerra de Troya y atletas. Este descubrimiento ofrece una visión detallada del lujo y la vida social de la élite romana antes de la erupción del Vesubio en el año 79 d.C.
Un equipo de arqueólogos ha realizado un descubrimiento excepcional en la antigua ciudad de Pompeya: un complejo termal privado de grandes dimensiones, considerado uno de los más grandes jamás encontrados en el sitio arqueológico. Este complejo, ubicado en la Ínsula 10 del área Regio IX, estaba conectado directamente con una sala de banquetes, lo que indica que la residencia perteneció a un miembro destacado de la élite pompeyana.
Las instalaciones termales incluyen las salas tradicionales de los baños romanos: el calidarium (sala caliente), el tepidarium (sala templada) y el frigidarium (sala fría). El vestuario, o apodyterium, estaba decorado con elaborados frescos que representaban escenas de la guerra de Troya y figuras de atletas, reflejando el alto estatus cultural y social del propietario. Además, la casa contaba con un amplio patio porticado y una piscina central, proporcionando un espacio ideal para el esparcimiento y las actividades sociales.
Gabriel Zuchtriegel, director del Parque Arqueológico de Pompeya, destacó la importancia de este hallazgo: "Este descubrimiento ejemplifica cómo las residencias de la élite romana no solo eran espacios privados, sino también escenarios para la promoción social y política. Los banquetes y las instalaciones termales servían para impresionar a los invitados y consolidar alianzas".
El excelente estado de conservación de las estructuras y decoraciones permite a los investigadores profundizar en la comprensión de las costumbres y la vida cotidiana de la alta sociedad pompeyana antes de la devastadora erupción del Vesubio en el año 79 d.C. Este hallazgo no solo enriquece el conocimiento sobre la arquitectura y el urbanismo romano, sino que también ofrece una ventana única a las dinámicas sociales y culturales de la época.
Este descubrimiento se suma a una serie de hallazgos recientes en Pompeya que continúan revelando los secretos de una ciudad que, pese a haber sido sepultada durante casi dos milenios, sigue ofreciendo valiosas lecciones sobre la vida en la antigua Roma.