A veces, las mejores ideas nacen de una necesidad imperiosa, y este es el caso de Lily Born, quien, con solo 11 años, sorprendió al mundo al crear la “Kangaroo Cup”, una taza especialmente diseñada para su abuelo que padecía Parkinson.
Lo que comenzó como una solución casera a los temblores que causaban derrames constantes, pronto se convirtió en un invento revolucionario que ayudaría a miles de personas en todo el mundo, describe la web de Enséñame Ciencia.
La historia de este innovador diseño comenzó cuando Lily tenía apenas 7 años y notó que su abuelo, debido a los temblores propios de su enfermedad, tenía dificultades para sostener una taza convencional, derramando con frecuencia el contenido. Movida por el deseo de mejorar su calidad de vida, Lily ideó una taza más estable que evitara los constantes accidentes. Así nació la primera versión de la Kangaroo Cup, una taza equipada con tres patas que proporcionan mayor equilibrio, lo que reduce significativamente el riesgo de derrames.
En un principio, la taza fue creada para uso doméstico, moldeada en plástico y más tarde en cerámica. Sin embargo, al ver el potencial de la invención, el padre de Lily la animó a producirla en serie. Con esto, Lily Born no solo perfeccionó el diseño, sino que también desarrolló modelos irrompibles fabricados en plástico resistente, adaptando el producto para un público más amplio.
Para 2014, con solo 11 años, Lily lanzó su invento al mercado, y la taza se convirtió en un éxito mundial. A sus 16 años, ya había vendido decenas de miles de unidades, logrando reconocimiento internacional. Actualmente, las Kangaroo Cups siguen comercializándose a través de su empresa Imagiroo, que ofrece una variedad de modelos y colores, todos diseñados para brindar estabilidad y comodidad a quienes más lo necesitan.
La historia de Lily Born es un inspirador ejemplo de cómo una idea sencilla puede transformarse en una herramienta que mejora vidas, destacando el poder de la innovación desde temprana edad.
