Papa dirige el Domingo de Ramos tras su hospitalización
El papa Francisco dirigió la misa del Domingo de Ramos, un día después de haber salido del hospital a causa de una bronquitis, y en su sermón defendió a los “abandonados” del mundo: “Nadie puede ser marginado”, expresó ante miles de fieles y con la voz aún débil durante esta eucaristía que abre la Semana Santa.
"Jesús abandonado nos pide que tengamos ojos y corazón para los abandonados. Para nosotros, discípulos del Abandonado, nadie puede ser marginado; nadie puede ser abandonado a su suerte”, alentó ante una plaza de San Pedro engalanada y atiborrada de fieles.
En este sentido, rememoró a un mendigo que murió en la columnata vaticana" solo y abandonado” y que, manifestó, representar a Cristo. Aludió
“Muchos necesitan nuestra cercanía, muchos abandonados, también yo necesito que Jesús me acaricie, que esté cerca de mi, y por eso voy a buscarlo en los abandonados y en los solitarios”, refirió.
(Con información de Entérate24).