A las 12:01 a.m. del martes, los trabajadores de los puertos de la costa este y el golfo de EE.UU. iniciaron una huelga masiva, luego de que fracasaran las negociaciones entre el sindicato International Longshoremen’s Association (ILA) y la United States Maritime Alliance (USMX).
Con este paro, que afecta a los puertos que manejan cerca de la mitad del tráfico marítimo del país, la economía estadounidense enfrenta una interrupción que podría generar pérdidas de hasta 5.000 millones de dólares diarios.
La disputa entre ambas partes gira en torno a las demandas salariales y las preocupaciones del sindicato sobre la creciente automatización en los puertos. El sindicato, que representa a más de 45.000 trabajadores, afirma que la USMX ha ignorado la necesidad de mejorar los sueldos y condiciones laborales, provocando la primera huelga de esta magnitud desde 1977. A pesar de los esfuerzos previos por parte de la administración Biden para facilitar el diálogo, no se alcanzó un acuerdo antes de la fecha límite del lunes.
La huelga ha generado gran preocupación entre las empresas que dependen del transporte marítimo para abastecerse de productos esenciales como alimentos, automóviles y otros bienes de consumo. Aunque algunas compañías adelantaron sus importaciones en previsión de la huelga, muchos pequeños y medianos negocios carecen de esa capacidad, lo que podría provocar escasez de productos y un aumento de precios en las próximas semanas.
A medida que la huelga se prolonga, el impacto en la economía nacional podría intensificarse, afectando directamente a los consumidores y aumentando la presión sobre el gobierno de Joe Biden para intervenir. Mientras tanto, el ILA ha reafirmado que la huelga no interferirá con el tráfico de carga militar ni los cruceros, pero advirtió que la paralización de los puertos continuará hasta que se logren avances significativos en las negociaciones.