Fiscal español: Los menores usan la pornografía como si fuera un tutorial
El fiscal español de menores, Eduardo Esteban, alerta de que cada vez son más los niños y adolescentes que acuden a la pornografía “como si fuera un tutorial” que sustituye a la educación sexual, y apunta a que esta banalización puede estar detrás del aumento de delitos contra la libertad sexual.
Desde 2015 se observa un incremento “sorprendente” en España de los delitos contra la vida y en el ámbito de la libertad sexual protagonizados por menores de edad, advierte en una entrevista a medio de comunicación.
Casos como el ocurrido en noviembre pasado en Badalona (noreste) y conocido estos días: una niña de 11 años ha denunciado una agresión sexual en grupo, cometida en un centro comercial presuntamente por varios menores de edad: tres de menos de 14 años y, por lo tanto, inimputables según la legislación española.
Uno de los agresores ha sido internado en un centro de menores por orden del juez, mientras que otro se encuentra en libertad vigilada.
Es difícil saber cuáles son causas de este incremento de agresiones sexuales cometidas por menores, pero el fiscal Esteban apunta a la trivialización de la sexualidad por el acceso cada vez más temprano a la pornografía.
SIN UNA EDUCACIÓN SEXUAL REAL
“Acuden a la pornografía como si fuera un tutorial que manejamos en internet”, cuando el porno no refleja la realidad del sexo. Un “grave error” que -a juicio de Esteban- se une al “absoluto abandono de la educación sexual”.
“No hay realmente una formación sexual para los menores, que están acudiendo a vías alternativas, nada deseables, como la pornografía”, lamenta.
Y esto también puede explicar el aparente aumento de las agresiones cometidas en grupo, a falta de estadísticas, ya que la memoria de la Fiscalía española no discrimina entre delitos cometidos de forma individual o grupal.
Las grabaciones de estas agresiones también son comunes en muchos de los delitos cometidos por menores, no sólo los de carácter sexual, con intención de difundirlas. “Hasta el extremo de que nos preguntamos si la satisfacción que buscan es esa”, la de dar publicidad a sus actos.
Incluso sabiendo que les perjudica, pues en bastantes casos se ha podido demostrar el delito gracias a la grabación.
“Se está convirtiendo en algo muy habitual, no sólo en los delitos sexuales, sino en los delitos de violencia, o contra la propiedad, que parece que les importa más contarlo que hacerlo. Parece que actúan como una motivación más”, señala.
Sobre el hecho de que los menores de 14 años no sean imputables, el fiscal Esteban explica que “no se abandona a estos menores a su albur”.
El caso se pone entonces, explica, en conocimiento de las entidades públicas de atención a los menores para que adopten alguna medida que puede llegar a ser, incluso, de internamiento en casos tan graves como éste.
Es necesario, recuerda, partir de la premisa de que lo importante no es el castigo, “sino la recuperación del menor” que ha cometido el delito. En la justicia de menores, se somete a los niños y adolescentes a un estudio para hacer una valoración de sus circunstancias personales, educativas, sociales… y valorar qué necesita.
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