Estados Unidos y la OTAN fortalecen su capacidad estratégica
En un movimiento que subraya la importancia de mantenerse a la vanguardia en el ámbito militar, Lockheed Martin, fabricante del F-35, ha anunciado la certificación de este avión como portador de la bomba termonuclear B61-12.
Este hito coloca al F-35 como el primer aparato furtivo multifunción de quinta generación en obtener esta capacidad desde los primeros años de la década de 1990, otorgando a Estados Unidos y a la OTAN un recurso crítico en materia de defensa.
El comunicado de Lockheed Martin hizo hincapié en la necesidad de mantenerse por delante de las amenazas, señalando el contexto actual marcado por el chantaje nuclear y la creciente tensión con la Alianza Atlántica, liderada por Rusia. Este anuncio cobra particular relevancia en un momento en que las relaciones internacionales se encuentran en una delicada encrucijada, destacan medios internacionales.
El valor práctico de esta certificación radica en el hecho de que aproximadamente 100 variantes más antiguas de las bombas B61 están alojadas en países de la OTAN como Bélgica, Alemania, Italia, los Países Bajos y Turquía, países que comparten la misión de ataque nuclear de la Alianza y operan con el avión F-35.
Estas armas, a menudo referidas como ‘bombas nucleares secretas’, han sido un secreto a voces, ya que ninguno de los gobiernos que las alberga reconoce abiertamente su existencia, según el periodista Eben Harrell en ‘Times Magazine’.