En un impactante caso que ha conmocionado a la comunidad, Carly Gregg, una adolescente de 15 años, fue condenada a doble cadena perpetua por el asesinato de su madre, Ashley Smylie.
Durante el juicio, Gregg sorprendió al reírse en el tribunal, lo que aumentó la indignación en torno a su conducta. Además de la doble cadena perpetua, la joven recibió 10 años adicionales por manipulación de pruebas, indicó Alertas Mundial.
El juicio incluyó la reproducción de un video de vigilancia que mostró los momentos previos y posteriores al asesinato. En las imágenes, Gregg camina por la cocina antes de desaparecer de la vista. Poco después, se escuchan tres disparos que acabaron con la vida de su madre.
Luego, Gregg vuelve a la cocina y, con total tranquilidad, toma el teléfono celular y comienza a escribir mensajes. La evidencia fue clave para la condena.
El padrastro de Gregg, Heath Smylie, testificó que la adolescente intentó matarlo también cuando llegó a casa tras recibir un mensaje que pensó provenía de su esposa. Carly le disparó al entrar, hiriéndolo levemente en el hombro antes de que lograra desarmarla. A pesar de sus intentos de escapar, la joven fue capturada poco después por la policía.
Durante el juicio, los abogados defensores de Carly, intentaron justificar el crimen argumentando que la joven había estado consumiendo marihuana y medicamentos para la ansiedad y la depresión, lo que le provocó alucinaciones. Un psiquiatra testificó que Gregg no estaba en pleno control de sus acciones en el momento del asesinato, pero el jurado no encontró esto suficiente para evitar su condena.
El caso ha abierto un intenso debate sobre la justicia juvenil y el tratamiento de menores en el sistema legal. Carly Gregg fue procesada como adulta tras rechazar un acuerdo de culpabilidad en agosto, el cual habría reducido su condena a 40 años de prisión.
