Esta semana la cumbre de presidentes de América del Sur, concluyó en Brasilia con un llamado coincidente de unión regional, por encima de las diferencias políticas, luego de años de distanciamiento por la división reciente de bloques como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
En particular, el primero en expresarse fue el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, principal impulsor de la cita, para subrayar que “la integración de América del Sur depende del sentimiento de permanecer a la misma comunidad”.
“Una Sudamérica fuerte, segura y políticamente organizada amplía las posibilidades de afirmar, a nivel internacional, una verdadera identidad latinoamericana y caribeña”, destacó.
Además, Lula presentó 10 sugerencias para el futuro de la zona, como profundizar la identidad sudamericana en el ámbito monetario; reducir la dependencia de monedas extrarregionales; ampliar los mecanismos de cooperación de última generación; y priorizar proyectos de alto impacto para la integración física y digital.
“Mientras estemos desunidos, no lograremos hacer de América del Sur un continente desarrollado en todo su potencial”, resaltó el líder del Partido de los Trabajadores.