Yolanda nunca se imaginó que sería la dueña de un Hostal
Yolanda Merida, es un ejemplo de mujer luchadora que llego hace casi veinte años de su país natal Bolivia, es dueña del Hostal Muntaner en Barcelona, España. Su historia comienza cuando tenía 24 años de edad, es una mujer humilde de familia trabajadora pero en aquella época no tenía recursos para poder estudiar y tener una vida óptima que le permitiera un futuro mejor. Así que decidió irse a España, gracias a sus ahorros se fue junto a seis amigas.
Merida al llegar a Barcelona, comentó que no había trabajo, fue muy duro "estuve un mes y medio sin trabajo, la pasamos mal. Si se encontraba pagaban poco. Encontré de canguro fija con una peruana que me pagaba 300 € al mes. De ahí, eran 200 para el alquiler de la habitación. Estuve 4 meses con ella", dijo.
En este sentido, expresó que se fue a un trabajo donde se podía quedar para cuidar a una persona enferma y a su madre cobrando 550€, también fija. "Pero la pasé fatal, no me dejaba lavar en su lavadora, ni bañarme en su ducha. Me arrepentí en ese momento de haber venido hasta aquí. Aunque mi jefa me hizo los papeles sin decirle nada, no podía más continuar trabajando ahí". Así lo indicó Yolanda.
Manifestó que pudo conseguir otro empleo "después me fui a este trabajo que es de hotelería medio turno, que ya conocía porque en mis tiempos libres venía a trabajar y ya me habían ofrecido. Aquí me recomendó mi amiga, yo estaba embarazada. Aún así me quedaba hasta tarde, entonces el jefe me ofreció un contrato de un año con turno completo de limpieza. Me despidieron muchas veces, porque no le caía bien a la esposa del dueño, pero me volvieron a llamar para trabajar de limpieza ".
Cambio Inesperado
Pero su historia no quedó ahí, pasaron los años, y la señora Yolanda paso a ser la encargada y actualmente es la dueña del Hostal Muntaner, porque el dueño le ofreció el traspaso para pagarlo en dos años, ya que él enfermó y ya no podía trabajar.
En la actualidad, Yolanda vive feliz con sus dos hijos nacidos en España, sigue trabajando y el mensaje que les envió a los extranjeros es: “ Al llegar es difícil, pero se puede buscar opciones para continuar luchando por una calidad de vida que todos merecemos. Si ¡el camino es duro! pero si se puede salir adelante, cuando uno quiere se puede, nunca es tarde para comenzar de nuevo”.